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Cuando el libro de Pagola “Jesús. Aproximación
histórica” obtuvo el nihil obstat de Juan Mª
Uriarte, todo hacía pensar que la normalidad iba a
imponerse en la agreste jerarquía eclesiástica española.
Pero no fue así; un ramillete de prelados se empeñó en
desahuciar a este libro desacreditando a su autor hasta
el punto de oírse voces criticando el arrianismo que
destilaban sus páginas…
Al final -eso parecía- hubo una orden de retirada del
libro y que la editorial PPC no volviese a publicarlo,
una vez agotada la edición diocesana en euskara.
Curiosamente, nadie fue capaz de dar la cara y arrostrar
esta decisión ni argumentarla, claro, recordando
prácticas que creíamos felizmente olvidadas.
A pesar de todo, los claretianos hicieron una edición en
catalán y quien ahora quiera comprar el libro, no tiene
más remedio que hacerlo en catalán o en la edición de
las MM. Claretianas (Ediciones claretianas, Buenos
Aires); también se edita en otros países europeos, como
Italia. Y precisamente de Italia nos viene una novedosa
vuelta de tuerca en este desgraciado asunto, pero que no
ha tenido la trascendencia mediática que tuvieron sus
censores.
Me refiero al experto biblista, cardenal Gianfranco
Ravasi, presidente del Consejo Pontificio de Cultura,
además de la Pontificia academia de Arqueología Sacra,
como
uno de los mayores expertos de la
Iglesia en lo que se refiere al Jesús Histórico. Dicho
cardenal, en un artículo titulado “Buscar a Jesús en la
Historia” publicado el día
5 de diciembre en el periódico
italiano
“Il sole 24 ore”, ha afirmado sobre el libro de Pagola
que “la mejor forma para guiar al lector
no técnico en medio de esta selva (de interpretaciones
cristológicas) me parece la narrativa realizada por
Armand Puig (Jesús. Respuesta a los enigmas) y José
Antonio Pagola (Jesús. Una aproximación histórica), que
el cardenal ha leído en una edición italiana.
El consiguiente silencio oficial de la Conferencia
Episcopal Española, no es de recibo. Si tanto daño se ha
hecho a José Antonio Pagola en nombre de una ortodoxia
que pretendía salvaguardar las esencias de Jesucristo,
ahora también, en nombre del mismo Jesús a quien dicen
defender, deberían actuar con la misma insistencia hasta
rehabilitar el libro y el buen nombre del teólogo vasco.
Ha pasado mes y medio desde la declaración del cardenal
y nadie ha acusado recibo, ni en Madrid ni en lo más
alto de las diócesis vascas. Tampoco se ha significado
nadie en el Vaticano para que las cosas, las opiniones y
el libro en cuestión vuelvan a su ser. No es de extrañar
que el mismo Pagola en una entrevista de hace un tiempo,
se sorprendiera de la agudeza para ver el pecado en la
sociedad y nuestra ceguera para verlo en la Iglesia.
Hay que ver cómo esgrima la jerarquía en otras causas
para obligar a hacer y a callar; y bien que se les oye.
En esta ocasión, echo en falta esa coherencia jerárquica
para recuperar la humildad evangélica en forma de perdón
y apertura a las ideas de Pagola sobre Jesús de Nazaret
reforzando, de paso, el nihil obstat de Juan
María Uriarte.
Ha pasado mes y medio, insisto, desde la declaración del
cardenal Ravasi y nada ha ocurrido en las curias de
Madrid, Granada, Córdoba o Gipuzkoa, que es a la que
pertenece Pagola. Eso sí, se siguen extrañando que la
Iglesia Católica española ocupe los últimos lugares de
aceptación social en las encuestas. A lo mejor, si sus
dirigentes se esforzaran algo más por distinguirse en la
caridad, su pésima imagen no arrastraría a la
credibilidad de toda la Iglesia y a lo que representa.
Que sirvan estas líneas para sumarme a los que ya han
aireado la noticia y para reivindicar al teólogo Pagola,
a su honestidad y a su legado.
Gabriel
Mª Otalora