El congreso de Teología se solidariza
con Joxe Arregi
Queremos expresar nuestra solidaridad con Joxe Arregi
en un momento doloroso de su vida en que se ha visto
obligado a abandonar la Orden Franciscana, que ha
dado enteramente forma a su ser, para recuperar su
libertad y seguir viviendo el verdadero espíritu de San
Francisco de Asís. ¡Qué contradicción!
José
Arregi aceptó con humildad el silencio impuesto por
la autoridad eclesiástica, pero se rebeló frente a
la humillación de que fue objeto al ser acusado por el
obispo de San Sebastián de ser "agua sucia". Fue
entonces cuando rompió el silencio para defender su
dignidad, que había sido pisoteada.
Nos parece antievangélico el comportamiento
inmisericorde del poder eclesiástico
contra creyentes sinceros testigos de Jesús de Nazaret
con su vida y sus enseñanzas, como es el caso de José
Arregi.
Lejos
de aplicar el bálsamo de la misericordia, de practicar
el método del diálogo y de respetar el legítimo
pluralismo, la jerarquía recurre a las sanciones y
condenas, impone el pensamiento único, exige obediencia
ciega, no permite el disenso ni la crítica y se comporta
autoritariamente. Estas actitudes represivas
demuestran la falta de libertad de expresión, reunión y
asociación y la conculcación sistemática de los derechos
humanos por parte de la jerarquía.
Rechazamos enérgicamente este modo de proceder
autoritario y anti-democrático que lamentablemente
viene siendo habitual en la jerarquía católica.
Coincidimos con Arregi en que "los dogmas y el
magisterio no los puso Jesús", que la Iglesia se ha
tomado muchas libertades para contradecir a Jesús, que
la idolatría de la doctrina nos amordaza y resulta
anacrónica y contraria al evangelio.
Valoramos muy positivamente la actitud respetuosa, e
incluso la generosidad, que ha demostrado Arregi ante el
comportamiento represivo del actual obispo de San
Sebastián, a quien llama hermano y le desea lo mejor
y su compromiso de "seguir siendo franciscano, un simple
franciscano sin hábito".
Apoyamos el derecho a la insumisión en el seno de la
Iglesia siempre que se transgreda el espíritu del
evangelio,
se ejerza la represión, se aleje de los pobres.