POEMAS Y CANCIONES   

                             
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AL OTRO LADO DE LA VALLA

 

 

Al otro lado de la valla

mi hermano Ahmed

quita su hambre de muchos siglos.

 

Al otro lado de la valla

mi hermano Justin

grita su cansancio de muchos desiertos.

 

Al otro lado de la valla,

mi hermana Desirée

grita su miedo de muchas muertes.

 

Al otro lado de la valla,

mi hermana Mariam

grita su dolor de embarazada exhausta.

 

Al otro lado de la valla,

mis hermanas Mariam y Desirée,

mis hermanos Justin y Ahmed

gritan y gritan

su hambre, su cansancio, su miedo y su dolor.

 

A este lado de la valla,

pienso en el próximo viaje, en el próximo menú,

en el próximo paseo, en la próxima compra.

Ellos tienen muy próxima…la valla

 

Pero

a este lado de la valla,

me estremecen

los ojos desorbitados, anegados en lágrimas,

de hombres que llevan dentro

muchos niños heridos,

los gritos de rabia,

en francés, la lengua del negrero, mi lengua, ¡qué vergüenza!,

las manos desgarradas y esposadas,

las súplicas desvalidas de mis hermanos.

 

Y oigo la voz de nuestro Padre,

tierno y delicado con cada uno de sus hijos:

¿Qué has hecho con tu hermano?

 

Al otro lado de la valla,

Jesús y María

no se parecen a las imágenes de nuestros templos,

tan alejados de nuestro mundo y de nuestro Dios.

 

Al otro lado de la valla,

con la cara cruzada por el alambre,

con las manos desgarradas por las púas,

como Ahmed y Justin,

como Desirée y Mariam,

en medio de ellos,

Jesús y María me llaman:

¡Despiértate, levántate, libérate de lo que te estorba,

mira a tus hermanos!

 

A este lado de la valla,

de momento,

sólo puedo decir

desde lo hondo:

¡Perdón!

 

Y buscar la manera

de compartir el pan

ya

para que nazca a la vida

el hijo de Mariam…

 

O renunciar

a seguir a Jesús

a hacer como si su sangre,

la de “la alianza nueva y eterna”

derramada por nosotros, todos nosotros,

por nuestra liberación,

estuviera en la valla.

 

Françoise Bonnetier