Cada mañana sales
al balcón
y oteas el
horizonte
por ver si
vuelvo.
Cada mañana bajas
saltando las escaleras
y echas a correr
por el campo
cuando me
adivinas a lo lejos.
Cada mañana me
cortas la palabra,
te abalanzas
sobre mí
y me rodeas con
un abrazo redondo
el cuerpo entero.
Cada mañana
contratas la banda de músicos
y organizas una
fiesta por mí
por el ancho
mundo.
Cada mañana me dices al oído
con voz de primavera:
"Hoy puedes empezar de cero".