Aprendiendo
Después de un tiempo, uno aprende la sutil diferencia
entre
sostener una mano y encadenar un alma,
y uno
aprende que el amor no significa acostarse
y una
compañía no significa seguridad,
y uno
empieza a aprender...
que
los besos no son contratos
y los
regalos no son promesas,
y uno
empieza a aceptar sus derrotas
con la
cabeza alta y los ojos abiertos,
y uno
aprende a construir todos sus caminos en el hoy,
porque
el terreno de mañana
es
demasiado inseguro para planes...
y los
futuros tienen una forma de caerse en la mitad.
Y
después de un tiempo uno aprende que,
si es
demasiado, hasta el calor del sol quema.
Así
que uno planta su propio jardín y decora su propia alma,
en
lugar de esperar a que alguien le traiga flores.
Y uno
aprende que realmente puede aguantar,
que
uno realmente es fuerte, que uno realmente vale,
y uno
aprende y aprende... y con cada día uno aprende.
Con el
tiempo comprendes que
sólo
quien es capaz de amarte con tus defectos,
sin
pretender cambiarte,
puede
brindarte toda la felicidad que deseas.
Con el
tiempo aprendes
que
las palabras dichas en un momento de ira
pueden
seguir lastimando a quien heriste,
durante toda la vida.
Con el
tiempo aprendes
que
disculpar cualquiera lo hace,
pero
perdonar es sólo de almas grandes.
Con el
tiempo te das cuenta de que
cada
experiencia vivida con cada persona es irrepetible.
Con el
tiempo te das cuenta de que
el que
humilla o desprecia a un ser humano, tarde o temprano
sufrirá las mismas humillaciones o desprecios
multiplicados al cuadrado.
Con el
tiempo aprendes
a
construir todos tus caminos en el hoy,
porque
el terreno del mañana
es
demasiado incierto para hacer planes.
Con el
tiempo te das cuenta de que en realidad
lo
mejor no era el futuro,
sino
el momento que estabas viviendo justo en ese instante.
Con el
tiempo verás que
aunque
seas feliz con los que están a tu lado,
añorarás terriblemente a los que ayer estaban contigo
y
ahora se han marchado.
Con el
tiempo aprenderás
que
intentar perdonar o pedir perdón,
decir
que amas, decir que extrañas,
decir
que necesitas, decir que quieres ser amigo,
ante
una tumba, ya no tiene ningún sentido.
Desafortunadamente, sólo con el tiempo...
Jorge
Luis Borges