POEMAS Y CANCIONES   

                             
                              

 

                             cristianos siglo veintiuno
ÍndicePágina Principal

 

 

 

 
DESDE EL ALMA
 

Vals

 


Hermano cuerpo, estás cansado
desde el cerebro a la misericordia,
del paladar al valle del deseo.


Cuando me dices ‘alma, ayúdame’
siento que me conmuevo hasta el agobio,
que el mismísimo aire es vulnerable

Hermano cuerpo, has trabajado
a músculo y a estómago y a nervios,
a riñones y a bronquios y a diafragma.

Cuando me dices ‘alma, ayúdame’
sé que estás condenado, eres materia
y la materia tiende a desfibrarse.

Hermano cuerpo, te conozco,
fui huésped y anfitrión de tus dolores,
modesta rampa de tu sexo ávido.

Cuando me pides ‘alma, ayúdame’
siento que el frío me envilece,
que se me van la magia y la dulzura.

Hermano cuerpo, eres fugaz,
coyuntural, efímero, instantáneo,
tras un jadeo acabarás inmóvil

y yo que normalmente soy la vida
me quedaré abrazada a tus huesitos

incapaz de ser alma sin tus vísceras.

 

 

Mario Benedetti

 

[descanse en paz]