POEMAS Y CANCIONES   

                             
                              

 

                             cristianos siglo veintiuno
ÍndicePágina Principal

 

 

 

 

AL CRISTO DEL CALVARIO

 

 

 

En esta tarde, Cristo del Calvario,

vine a rogarte por mi carne enferma;

pero al verte, mis ojos van y vienen

de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.

 
¿Cómo quejarme de mis pies cansados,

cuando veo los tuyos destrozados?

¿Cómo mostrarte mis manos vacías,

cuando las tuyas están llenas de heridas?

 
¿Cómo explicarte a ti mi soledad,

cuando en la cruz alzado y solo estás?

¿Cómo explicarte que no tengo amor,

cuando tienes rasgado el corazón?


Ahora ya no me acuerdo de nada;

huyeron de mí todas mis dolencias.

El ímpetu del ruego que traía

se me ahoga en la boca pedigüeña.

 
Y sólo pido no pedirte nada,

estar aquí, junto a tu imagen muerta,

ir aprendiendo que el dolor es solo

la llave santa de tu santa puerta. Amén.



 

Gabriela Mistral