VENTANA ABIERTA     

                             
                              

 

                             cristianos siglo veintiuno
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GRACIAS, JESÚS, POR TU VIDA

 

 

La semana santa es fecha propicia para recapitular,

para apreciar y ponderar toda la vida de Jesús,

no sólo los últimos días, no sólo su muerte,

porque esta sólo fue la consecuencia de su proyecto de vida.

 

Es momento de agradecerle a Jesús,  

en primer lugar, los años previos a la vida pública,

su preparación personal, su bagaje de conocimientos,

a pesar de los escasos medios de que dispuso,

su madurez humana, su clarividencia, su empatía,

su oración continua, su íntima relación con Dios Padre.

 

Y después, hay que agradecerle su decisión de salir afuera,

a predicar el reino,

a revelarnos su visión de Dios como Padre bueno.

 

Jesús se ha ganado a pulso nuestra admiración y adhesión, 

con su vida austera, entregada a los demás,

con su mensaje de una religión liberadora, solidaria,

revolucionaria, en espíritu y en verdad,

sin sacrificios ni ritos ni templos,

 

Dejarnos claro este mensaje le costó la vida,

pero no se echó atrás ante la terrible muerte que temía,

y la afrontó con entereza, hasta el último momento.

 

No fue baldía su muerte porque sigue vivo entre nosotros

y Dios Padre le ha nombrado su Hijo más amado.

 

Gracias, Jesús, por todos los días de tu vida,

Porque todo lo hiciste bien en tu vida, hasta tu muerte.

 

 

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