COPENHAGUE:
La Tierra no aguanta más
Entrevista con Leonardo Boff
La crisis ambiental irrumpe en primer plano mediático de
cara a la Conferencia del Clima de Copenhague, Dinamarca, a
realizarse el 13 de diciembre próximo. Las perspectivas no
son optimistas por falta de un consenso previo para alcanzar
un acuerdo definitivo.
“A pesar de los pronósticos sombríos tengo confianza que la
esperanza vencerá al miedo y que la vida es más fuerte que
la muerte”, asegura el teólogo brasilero Leonardo Boff al
iniciar esta entrevista exclusiva durante su reciente visita
a Suiza.
Todo el mundo habla hoy de la problemática ecológica que
vive el planeta. Usted fue uno de los primeros, ya en los
años ochenta, en alertar sobre este tema. ¿Cuál es su
análisis de la actual situación medioambiental?
Hay muchos indicadores científicos que apuntan a la
irrupción de una tragedia ecológica y humanitaria. Nada
esencial ha cambiado desde la redacción de la Carta de la
Tierra en 2003 que elaboramos un grupo de personalidades del
mundo entero. Decíamos en ese maravilloso documento:
“Estamos en un momento crítico de la Tierra en el cual la
humanidad debe escoger su futuro. Y la elección es ésta: o
se promueve una alianza global para cuidar a los otros y la
Tierra o arriesgamos nuestra destrucción y la devastación de
la diversidad de la vida”.
“Se consume más de lo que la tierra soporta.”
Una afirmación tajante que no acepta términos medios ¿Cómo
se sustenta?
En la confluencia actual de tres crisis estructurales:
·
la crisis social mundial
·
la crisis del calentamiento creciente
·
la crisis debida a la falta de sustentabilidad del planeta
Tierra
¿Puede ejemplificar esa afirmación?
A nivel social, casi la mitad de la humanidad vive
hoy por debajo del nivel de miseria. Las cifras son
aterradoras. El 20% más rico consume el 82.49 % de todas la
riqueza de la Tierra y el 20 % más pobre, se tiene que
contentar con un minúsculo 1.6%.
En cuanto al calentamiento de la Tierra, la FAO
(Organización de la ONU para la Alimentación) ha advertido
que en los próximos años habrá entre 150 y 200 millones de
refugiados climáticos.
Las previsiones más dramáticas hablan de un aumento para
2035 de 4°C. Y se especula para final del siglo un aumento
de 7°C. Si esto realmente se produce, ningún tipo de vida
hoy conocido podrá sobrevivir.
En cuanto a la crisis de sustentabilidad, doy un
ejemplo ilustrativo: la humanidad está hoy consumiendo un
30% más de la capacidad de reposición. Es decir un 30% más
de lo que la Tierra misma puede reponer.
Sin embargo esta tendencia consumista del planeta no es
nueva...
No. Pero lo que es nuevo son los niveles acelerados de ese
deterioro. Según estudios de todo crédito,
·
en 1961 precisábamos de la mitad de la Tierra para dar
respuesta a las demandas humanas,
·
en 1981 se daba un empate, es decir ya necesitábamos a la
Tierra entera
·
en 1995 sobrepasamos en un 10 % la capacidad de reposición,
aunque todavía era soportable
·
en 2008, superamos el 30 %.
La Tierra
está dando señales inequívocas de que ya no aguanta más.
¿Con perspectivas futuras todavía más preocupantes?
Si se mantiene el crecimiento del Producto Interno Bruto
(PIB) mundial entre 2-3% por año, como está previsto, en
2050 necesitaríamos dos planetas Tierra para dar respuesta
al consumo, lo que es imposible porque contamos con sólo
una.
¿Eso obliga a comenzar a pensar en otro paradigma de
civilización?
En efecto. No podemos producir como lo venimos haciendo
hasta ahora. El actual modelo de producción, el capitalista,
parte del falso presupuesto de que la tierra es como un gran
baúl del cual se pueden sacar recursos indefinidamente para
obtener beneficios con la mínima inversión posible en el
tiempo más corto.
Hoy queda claro que la Tierra es un planeta pequeño, viejo y
limitado que no soporta una explotación ilimitada. Tenemos
que dirigirnos hacia otra forma de producción y asumir
hábitos de consumo distintos.
Producir para responder a las necesidades humanas en armonía
con la Tierra, respetando sus límites, con un sentido de
igualdad y de solidaridad con las generaciones futuras. Eso
es el nuevo paradigma de
civilización.
Para volver al hoy y al aquí... Próximamente se realiza en
Copenhague la Conferencia sobre el Clima. ¿Hay perspectivas
de un acuerdo?
Hay una premisa clave. Debemos hacer todo lo posible para
estabilizar el clima evitando que el calentamiento de la
tierra sea mayor a 2 o 3 grados y que la vida pueda
continuar. Comprendiendo que ya ese calentamiento implicaría
una devastación de la biodiversidad y
el holocausto de millones de
personas, cuyos territorios no serán más habitables,
especialmente en África y en el sudeste asiático.
Me preocupa, en ese escenario, la irresponsabilidad de
muchos Gobiernos, especialmente de los países ricos, que no
quieren establecer metas consistentes para la reducción de
las emisiones de gases de efecto invernadero y salvar el
clima. ¡Una verdadera ecomiopía!
¿Eso proviene de una falta de voluntad política para llegar
a acuerdos?
Sobre todo de un conflicto de intereses. Las grandes
empresas, por ejemplo las petroleras, no quieren cambiar
porque perderían sus enormes ganancias actuales.
Hay que entender la interdependencia del poder político y el
económico. El gran poder es el económico. El político
es una derivación del económico. Los Estados, en muchos
casos, no representan los intereses de los pueblos sino de
los grandes actores económicos.
¿En caso de un fracaso de Copenhague, cuál sería el
escenario posterior en lo que hace a la ya grave situación
climática?
A mi entender, si hay una frustración política, eso puede
significar un reto enorme para la sociedad civil. Para que
se movilice, presione y promueva los cambios que vienen
siempre de abajo. Confío en eso: la razón, la prudencia, la
sabiduría vendrá de la sociedad civil. Será, también, en
cuanto al clima, el principal sujeto histórico. Ningún
cambio real viene de arriba, sino de abajo.
Y a pesar de lo difícil del presente, tengo la confianza que
no se trate de una tragedia que acabará mal sino de una
crisis que purifica y que nos permita dar un salto en la
dirección de un futuro mejor.
¿Con un programa común para salvar la Tierra?
Impulsando una bio-civilización que deberá promover cuatro
ejes esenciales:
·
El uso sustentable, responsable y solidario de los
limitados recursos y servicios de
la naturaleza.
·
El control democrático de las relaciones sociales,
especialmente sobre los mercados y los capitales
especulativos.
·
Un ethos mínimo mundial que debe nacer del intercambio
multicultural, enfatizando en la compasión, la cooperación y
la responsabilidad universal.
·
Y la espiritualidad, como dimensión antropológica y no como
un monopolio de las religiones. Debe desarrollarse como
expresión de una conciencia que se siente parte de un Todo
mayor, que percibe una Energía poderosa y que representa el
sentido supremo de todo.
Sergio
Ferrari
09/11/2009
Colaboración de E-CHANGER,
ONG suiza de cooperación solidaria