VENTANA ABIERTA     

                             
                              

 

                             cristianos siglo veintiuno
ÍndicePágina Principal

 

 

 

LAS HERIDAS MUERDEN

 

 

¿Por qué cuando a veces quiero ayudar a alguien ese no se deja y me lastima?

Siendo niña pertenecí al Movimiento Scout. Ahí nos enseñaban, entre otras cosas, la importancia de la 'Buena Acción' que consistía en realizar todos los días actos generosos y nobles, como recoger algún papel en la calle y tirarlo en la basura, ayudar en la casa a lavar platos, cuidar la fauna y la flora, ayudar a alguna persona anciana o impedida a cruzar la calle, etc.


Me gustaba mucho cumplir esa tarea. Un día caminaba por una calle de la ciudad y vi a un perro tirado en plena vía sin poder moverse. Estaba herido, un carro lo había atropellado y tenía rotas las dos patas traseras, los vehículos le pasaban muy de cerca y mi temor era que lo mataran porque era imposible que él solo pudiera levantarse.


Vi allí una gran oportunidad para hacer la 'Buena Acción' y como buena Scout detuve el tráfico, me dispuse a rescatar al perro herido y ponerlo a salvo para entablillarle las patas. Yo nunca había entablillado a nadie pero el 'Manual Scout' decía cómo hacerlo.


Con mucho amor y entrega me acerqué, lo agarré pero me clavó los dientes en las manos. Inmediatamente me llevaron al Hospital y me inyectaron contra la rabia, aunque la 'rabia' por la mordida no se me quitó con la vacuna.


Durante mucho tiempo no entendí por qué el perro me había mordido si yo sólo quería salvarlo y no hacerle daño, no sé que pasó y no me lo pude explicar. Yo quería ser su amiga, es más, pensaba curarlo, bañarlo, dejarlo para mí y cuidarlo mucho.


Esta fue la primera decepción que sufrí por intentar hacer el bien, no lo comprendí. Que alguien haga daño al que lo maltrata es 'tolerable', pero que trate mal a quien lo quiera ayudar no es aceptable.


Pasaron muchos años hasta que vi claro que el perro no me mordió, quien me mordió fue su herida; ahora lo entiendo perfectamente.


Cuando alguien está mal, no tiene paz, está herido del alma y si recibe amor o buen trato: ¡muerde! Pero él no hunde sus dientes, es su herida la que los clava.


Comprende el malestar de las personas que te rodean. Cuando alguien te grita, te ofende, te critica o te hace daño no lo hace porque te quiere mal sino porque está herido, está herido del alma, se siente mal o algo malo está pasando por su vida.


No te defiendas ni lo critiques, más bien compréndelo, acéptalo y ayúdalo. Tú te sentirás mejor y después lo entenderás.

 

 

Nilamben Parikh Gandhi

(Bisnieta de Mahatma Gandhi)