Sábado de la 4ª semana (Mc 6,30-34)

Los apóstoles contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Les dijo: Venid a un lugar desierto a descansar un poco. Porque eran tantos los que iban y venían, que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un lugar desierto. Muchos los vieron marcharse; entonces de las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y se compadeció de ella, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles.

¿Fue realmente tan exitosa aquella misión?

Los discípulos volvieron, creyendo que la misión había sido un éxito. Pero el texto da a entender que Jesús no estaba de acuerdo. El llevarlos aparte indica que quería quedarse con ellos a solas para rectificar su actitud.

No cabe duda; aparentemente les buscaban y acosaban porque la gente estaba encantada de lo que habían hecho. Lo que no es tan seguro es que lo hubieran hecho de acuerdo con lo que Jesús les había propuesto.

La gente sigue al grupo, no a Jesús. Esto puede ser la señal de que algo no iba bien. ¿Es que se habían predicado a sí mismos? ¿Es que se dejaron influenciar por el ambiente de mesianismo que todos esperaban?

Si los discípulos habían enseñado a la gente la doctrina de Jesús, ¿por qué dice que andaban como ovejas sin pastor? Está claro que algo no encaja en el relato.

La respuesta está en Jesús: y se puso a enseñarles con calma. Pero ahora les enseña el mensaje que libera y les permite desprenderse de la opresión de los dirigentes.

Al decir “con calma” nos advierte que la tarea no era fácil. Se necesitan muchas horas para poder entender algo.

 

Fray Marcos