Viernes de la 28ª semana (Lc 12,1-7)

Cuidado con la levadura de los fariseos. Nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que digáis de noche se repetirá a pleno día, y lo que digáis en el sótano se pregonará desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden hacer más. ¿No se venden cinco gorriones por dos cuartos? Pues ni de uno solo se olvida Dios. Hasta los pelos de vuestra cabeza están contados. Por lo tanto, no tengáis miedo: no hay comparación entre vosotros y los gorriones.

Para el que se ha liberado, el miedo no tiene sentido

Resume los argumentos contra los fariseos. Intentar tapar la podredumbre no tiene sentido. Si el mal lo tienen dentro lo llevarán a cualquier sitio que vayan y más pronto que tarde aparecerá al exterior.

En el orden espiritual, la coherencia de la conducta con lo que se predica es indispensable. De lo contrario se malogra todo intento de llevar liberación a los demás.

La primera consecuencia de un auténtico seguimiento debe ser la liberación de todo miedo. La insistencia demuestra la importancia de librarse del temor a lo que pueda ocurrir por ser fiel a la predicación de Jesús.

Sin duda que los opositores pueden hacerte mucho daño. De hecho ya lo estaban haciendo cuando se escribió este evangelio. Pero todo el daño que pueden hacer es insignificante comparado con lo conseguido.

La alusión al cuidado que Dios tendrá de cada uno de nosotros es innecesaria, porque el bien supremo es pertenecer al Reino, no la recompensa que alcanzaré.

Dios se cuida de nosotros y de los gorriones de la misma manera porque todos somos criaturas suyas. El privilegio que disfrutamos como seres humanos está en otra parte.

 

Fray Marcos