Hermanos y hermanas, faltan entre nosotros gestos proféticos, eclesiales, comunitarios, personales… Oremos.
Bendito el que viene en el nombre del Señor
Que nuestra Iglesia no ponga tanto empeño en transmitir una doctrina, sino que busque y propicie el encuentro personal con Jesús de Nazaret.
Bendito el que viene en el nombre del Señor
Que los creyentes optemos con responsabilidad, radicalidad y agradecimiento por nuestra vida configurada desde la fe y el seguimiento a la persona de Jesús.
Bendito el que viene en el nombre del Señor
Que todos nosotros y nosotras, no vivamos de las rentas de la fe recibida, sabida, ritualizada, sino que nos sintamos llamados y llamadas a ser gesto y palabra profética que apunte siempre hacía nuestro Padre/Madre.
Bendito el que viene en el nombre del Señor
Que esta pandemia que estamos sufriendo despierte nuestra responsabilidad con la humanidad entera, que nos sintamos todos parte de una misma familia.
Bendito el que viene en el nombre del Señor
Que nuestros mayores, especial colectivo de riesgo, se sienta protegido, atendido y cuidado por todos nosotros.
Bendito el que viene en el nombre del Señor
Que a todo el personal sanitario le llegue nuestro agradecimiento y todos nosotros y nosotras colaboremos siendo responsables con los cuidados personales y las directrices sociales que hemos recibido.
Bendito el que viene en el nombre del Señor
Padre bueno, en este inicio de la Semana Santa, cuando recordamos la entrada en pollino de Jesús, sintamos todos la llamada a lo sencillo, a lo pequeño, a lo gratuito. Que seamos cauce hacía tu hijo Jesús.
Vicky Irigaray