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EL PÚBLICO QUIERE MENOS CULTURA Y MÁS SOLIDARIDAD

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·La experiencia de la Caja de Ahorros de Navarra pone en evidencia el divorcio de prioridades: cuando el cliente decide, crece la inversión en obra social.
· Con la crisis se centrarán más en ayudar a los desfavorecidos.

Sorpresa en el mundo de la banca. Y de la democracia. La decisión de la Caja de Ahorros de Navarra de dar a sus clientes voz y voto para elegir los proyectos en los que invertir ha dado un vuelco a las previsiones: no quieren tanta cultura, sino más solidaridad. El divorcio entre dirigentes y opinión pública ha trastocado las cuentas de cientos de proyectos y ha puesto sobre la mesa el debate sobre las prioridades sociales.

El futuro ha llegado cargado de recelos. Cada vez más gente se plantea qué hacen los bancos con su dinero. Por eso las entidades se centran hoy en vender la obra social de sus fundaciones y los minoritarios bancos éticos -que sólo prestan e invierten el dinero en iniciativas sociales, medioambientales y culturales- están de enhorabuena.

"La gente quiere saber si su dinero va en la misma dirección que sus ideales y valores", señala Esteban Barroso, director general de Triodos Bank, un banco ético que se estableció hace dos años en España.

"En Europa crecemos un 20% anual y en España entre un 40% y un 50%. Tenemos ya 13.000 clientes".

Caja de Ahorros de Navarra (CAN) ha decidido que sean sus 650.000 clientes quienes dispongan a qué obras sociales se destinan 50,4 millones de euros -el 30% de sus beneficios-.

En manos de los usuarios, el 28% de los fondos que iba a cultura se han convertido en un pírrico 5%, y el 35% de ocio, bienestar y deportes se ha quedado en un 15%.

Mientras, medio ambiente ha aumentado su partida del 5% al 10% o la discapacidad -la más favorecida con el sistema de votación- del 11% al 34%.

"La cúpula de Barceló es algo inútil frente a los geriátricos que tanto necesitamos", opina Enrique Gil Calvo, profesor de Sociología en la Universidad Complutense.

Del sistema se han beneficiado en 2008 más de 3.600 proyectos de toda España. La CAN no veta ninguna candidatura, pero supervisa que el dinero sea bien gestionado y ha organizado más de 500 "rendiciones de cuentas", eventos en los que se explica a los clientes dónde va a parar su capital.

Carreras, de Esade, remarca que la tendencia general de las empresas es la de concentrar el capital solidario en menos proyectos pero con mayor financiación. "Un comité de expertos debería hacer una preselección de proyectos de calidad contrastada y teniendo en cuenta el contexto social, y que luego que los clientes eligiesen", aconseja el directivo.

A José Etayo, presidente de la Asociación de Esclerosis Múltiple de Navarra (Ademna), no le extraña que el dinero que reciben de la CAN se haya multiplicado por cinco desde que los inversores deciden dónde va su dinero.

De las arcas de la caja provienen más de la mitad del presupuesto del Fidic, en el que 100 investigadores dirigidos por Manuel Elkin Patarroyo -descubridor de una polémica vacuna contra la malaria- buscan una vacuna contra el cáncer de cuello uterino más barata que la actual, inaccesible para el Tercer Mundo. Por eso Sevilla, preocupado, pide que los clientes sigan apoyándoles. Para el año 2010 empiezan de cero y anima a visitar su web: www.investigacionsolidariasadar.org.

"La gente piensa que la cultura es un deber de las administraciones públicas y priorizan las iniciativas sociales", sostiene Ignasi Carreras, ex director de Intermón Oxfam y director del Instituto de Innovación de Esade.

Las conclusiones del muestreo de la CAN -implantada en el noreste de España, Madrid y Valencia- probablemente se repetirían en el resto del país.

Caixa Tarragona permite a los clientes elegir a qué dedicar el 20% de su obra social -se presentan unos 700 proyectos- y las líneas de trabajo son muy parecidas a las navarras: tan sólo un 26% de la parte consensuada por los clientes se reparte entre cultura y ocio. "El año que viene dejaremos en sus manos cerca del 30%, porque cada vez se presentan más proyectos de contenido social y queremos dotarlos", explica Xavier Bas, su director de obra social.

Este trasvase del ocio a la obra social acaba de ponerse de manifiesto en Jun (Granada), donde los vecinos han decidido de forma casi unánime que se destine unos 5.000 euros a la contratación de varios desempleados del municipio, aunque suponga renunciar al alumbrado navideño.

Tomar la decisión de democratizar el uso del dinero no era fácil para la caja de ahorros. Implicaba que "los órganos de gobierno de la CAN renunciasen al poder de control y hacer tabla rasa con las obras sociales históricas, lo que luego ha supuesto que baje la actividad en las salas de exposiciones", recuerda Guillermo Catalán, director de comunicación de la CAN.

Además, la transparencia nunca ha gustado mucho al sistema financiero. "Los bancos tradicionales nunca han sido transparentes, ni lo van a ser. Es el ansia de ganar más de los bancos lo que les hace mirar a otra parte. Ante estas deficiencias nacen las iniciativas de ahorro ético, préstamos solidarios, para dar respuesta a una ciudadanía, cada vez más justa y responsable", razona Laura Rodríguez, de Ideas (Iniciativas de Economía Alternativa y Solidaria).

"Lo más coherente es la opción de la banca ética, que es muy minoritaria", afirma Jordi Marí, director general de Financiación Ética y Solidaria (Fest), una asociación compuesta por ONG, cooperativas y sindicatos.

 

Elisa Silió

El País

13/12/2008

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