Creo en Dios, que ha creado a la mujer y al hombre a su semejanza y a los dos encomendó por igual el cuidado de la tierra
Creo en Jesús, nacido de una mujer, María, que escuchaba y amaba a las mujeres que entraba en sus casas, que les predicaba el Reino
Creo en Jesús, que discutió de teología con una mujer, sentado al brocal del pozo, a mediodía, y fue a ella a quien primero revelo su mensaje y ella se prestó pronto a proclamar la buena noticia en la ciudad
Creo en Jesús que fue ungido por una mujer en casa de Simón y que reprendió a los invitados que la despreciaban y dijo que esta mujer sería recordada siempre, por lo que había hecho pon él ungirle y besarle.
Creo en Jesús que no excluyó a las mujeres del círculo de sus discípulos, que se hizo acompañar de ellas, que sintió su amor y solicitud
Creo en Jesús que, en contra de lo establecido, y siendo criticado por muchos, curó a una mujer en sábado
Creo en Jesús, que habló de Dios comparándolo con una mujer que barre su casa, que busca lo que ha perdido, que mete la levadura en la masa fermentándolo todo
Creo en Jesús que se apareció a María Magdalena, antes que a ninguno de los discípulos, y la envió a los demás con el mensaje de su resurrección.
Creo en Jesús en quien no hay judío ni griego, esclavo o libre, hombre o mujer, porque todos somos iguales ante él
Creo en el Espíritu Santo “Ruah” espíritu femenino de Dios que nos cubre con sus alas y nos llena de vida