Buenos días amigos de FE ADULTA:

Me gusta leer a Pablo D'Ors, lo hago con gusto y respeto sus opiniones, mas me parece excesivo, el meternos en un mismo saco a todos los que vamos a la celebración Eucarística y queremos estar en relación-religiosa con Dios. Y SÍ, son momentos, instantes, mágicos, pero NO son magia, de NINGUNA MANERA.

Poseer la VERDAD, ninguno, la VERDAD siempre es redonda, todos tenemos parte de verdad y...la mía, depende del ángulo, sé que también la vuestra, en este caso la de Pablo D'Ors.

Sé que el obispo al que sin nombrar, mencionáis, también tiene solamente, parte de verdad.

Desde Ávila y con santa Teresa, cordialmente.

Sofía

Estimada Sofía,

Me parece muy acertado su comentario. Nadie tiene la verdad y en este portal no pretendemos “sentar cátedra” con ninguna opinión y todas tienen algo de verdad.

No pretendíamos y le pido disculpas si ha parecido que generalizábamos la crítica a todos los que asisten a las eucaristías. Cada uno de los artículos que publicamos, pretendemos que sean puntos de reflexión para que cada uno encuentre la creencia que mejor encaje con su forma de entender la vida.

Un abrazo y gracias por su comentario. Entre todos hacemos este portal.

Inma Calvo

 

En aquellos tiempos de antes del Concilio un clérigo escrupuloso no se le ocurrió otra cosa que teñir de añil una forma grande para hacer la experiencia de partirla y ver hasta dónde llegaban las partículas. Así descubrió que habían saltado cientos de partículas azules por todo el Corporal. Con lo cual, a partir de esa experiencia, las misas  terminaban pasando una y otra vez la patena por el corporal hasta que no quedase la más mínima posibilidad de una partícula en el corporal.

Ricardo T. A.

 

Comparar la consagración eucarística con un acto de "Magia"... es una afirmación sacrílega. La presencia de Jesús resucitado en la sagrada forma es REAL: no física, ni solo conmemorativa, y menos "mágica", pero sí "divina", un regalo de Jesús resucitado. Es una fuente de fuerza que nos lleva a los creyentes (que no crédulos) a repartirnos como pan de servicio en amor a todos sin exclusión, sobre todo a los más necesitados. La incredulidad en este tema es un torpedo letal contra la línea de flotación de la FE, un cerrarse en banda a las palabras de Jesús en los Evangelios, que expresan la REALIDAD de su Presencia en la Eucaristía, que es lo único que nos queda de Amor y Unidad. No piséis esta "Rosa de Amor Divino", consuelo y esperanza nuestra.

José Z.