No tenemos vino. Para nuestras reuniones más queridas donde festejamos lo que Tú nos das; para los encuentros fraternos, para vivir con alegría, cualquier día, la invitación a tu cena y eucaristía…

 

 

2º Domingo del Tiempo Ordinario. Que a nuestra Iglesia no se le agote el vino de la paciencia, del perdón, de la implicación junto al pobre, de la mirada que rescata, de la gratuidad, de la apuesta renovada.

 

 

Anáfora: Felicidad. Sabemos que eres la abundancia de amor, la plenitud del bien, que no quieres ser juez que nos premie y castigue, sino el Dios bueno que perdona por anticipado y se hace llamar Padre y Madre.