¿Dónde encontrar consuelo y esperanza en la cruz y el fracaso que nos acompaña en el día a día? En cada pena humana hay alguien que comparte el sufrir y el padecer. De esta forma el sufrimiento se convierte en lugar de aprendizaje de la esperanza. La cuaresma es tiempo apropiado para educar la esperanza y experimentar el consuelo. Afrontemos los días con ilusión, con ganas de ponernos en marcha, con el deseo de conocer más a Jesús, estar cerca y vivir lo que Él vive. Que esta Cuaresma sea para todos, un tiempo de gracia, de discernimiento y de nueva vida.