"SI TE LO HAS LLEVADO TÚ, DIME DÓNDE LO HAS PUESTO"
Esta es la queja de la Humanidad
marginada
que busca, desesperada, una
esperanza:
¿Qué habéis hecho con Jesús?
Esta es la queja de la Humanidad marginada que busca,
desesperada, una esperanza: “Vosotros, los de la Cristiandad,
¿dónde lo habéis puesto? ¿Qué habéis hecho con Jesús, el de Nazaret, al que destrozaron y quitaron de en medio los poderes
políticos y religiosos?
“Dime, dónde
lo has puesto”.
Esa fue la súplica de una prostituta que se enamoró de Jesús. Y
es el grito de unas masas oprimidas por el Templo, el Dinero y
la Política.
¿Por qué los que
sirven al pueblo vivieron y viven siempre en Templos y Palacios?
¿Qué juego de manos ha sido esto del “cristianismo occidental”?
Nada por aquí, nada por allí. ¿Dónde está Jesús?” Y me quedo
desconcertado, preguntando lo mismo que hace 2.000 años: “Rabbi,
¿Dónde vives?”
Ven, Señor Jesús.
Así acaba el Apocalipsis. Así acaba el Nuevo Testamento.
Ya había venido,
y se había ido. Pero dijo que volvería. Esto se escribía a
finales del siglo primero o principios del segundo. Y volverá.
No cabe duda. Esta es mi fe y la de muchos.
Algunos creen que vendrá desde lo alto del Templo, sobre una
alfombra (en los Templos hay muchas alfombras). Otros piensan
que utilizará un 747 de Alitalia, blanco y amarillo y que besará
la tierra en la que nació y murió. Otros, más pesimistas, que
aparecerá tras una catástrofe espacial o atómica.
Otros, más piadosos optimistas, que caerá el muro del ateísmo,
como el de Berlín, y se restablecerá la “Cristiandad”. Pero esta
vez a lo universal. No sólo en Occidente. El mundo se hará
Europeo, Romano y Católico. Y los budistas se convertirán, y los
hermanos separados volverán a la Casa común (Roma), y los negros
leerán en latín el derecho canónico, y tendremos muchas iglesias
y catedrales, y los curas volverán a ser curas con sus sotanas,
como Dios manda. Y las misas muy solemnes, con muchos acólitos,
y grandes masas, ingentes, entre las que se distribuirá la
eucaristía con Hostia-moviles de la casa Mercedes. Y
habrá muchos, muchos confesionarios, también móviles, también de
la casa Mercedes, para recoger la cosecha del arrepentimiento. Y
todos cantaremos el gran himno del “totus tuus”.
Pero Jesús volverá. Lo dijo Él. Yo lo creo. Es la esperanza que
nos queda a los pobres. Yo no sé cómo lo va a hacer esta vez, la
definitiva. No creo que baje entre nubes y rodeado de ángeles.
¿No estará viniendo ya? Me temo que los últimos en enterarse
serán los del Templo, los Letrados, los del Sanedrín, los de la
nueva Jerusalén.
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APARECIÓ
No se
puede leer el evangelio,
ni
cualquier escrito de hace 2.000 años
con la
mentalidad occidental de ahora.
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