SÁLVANOS; SEÑOR
Vicky IrigarayHermanos y hermanas, el relato de la tempestad nos invita a afrontar con valentía, como Pedro, el riesgo del encuentro con Jesús para que no vacilemos ni tengamos miedo ante las dificultades de nuestro día a día. Oremos.
Sálvanos; Señor
• Que nuestra Iglesia camine sobre agua y no sobre tierra firme, apoyándose su ser en Dios y no en sus propias razones, argumentos o necesidad de seguridad.
Sálvanos; Señor
• Que los creyentes aprendamos a vivir en la intemperie, sin necesidad de controlarlo todo, fiándonos más de la promesa de Jesús, sostenidos por la garantía de su presencia en nuestras vidas.
Sálvanos; Señor
• Que en todos nosotros y nosotras se vaya acortando la distancia entre el creyente que profesamos ser y el creyente que somos en realidad.
Sálvanos; Señor
• Que sigamos con responsabilidad y solidaridad, sin bajar la guardia, las recomendaciones sanitarias como compromiso y deseo sincero de cuidarnos unos a otros.
Sálvanos; Señor
• Que todos los hombres y mujeres cuya vida se encuentra bajo cualquier tipo de amenaza nos encuentren próximos y dispuestos con nuestra mano tendida.
Sálvanos; Señor
Padre bueno, lo importante es que sepamos gritarte como Pedro: “Sálvanos, Señor”. Concédenos la gracia de vivir fiándonos de tu palabra y amor. Te damos las gracias por tu hijo Jesús.
Vicky Irigaray