EN MEMORIA Y CELEBRACIÓN DE PEDRO OLALDE
Comunidad de Acción Solidaria de “Nuestra Señora de la Paz”Falleció en Bilbao el pasado martes 11 de agosto el miembro fundador de las comunidades de “Fe y Justicia” Pedro Olalde. Descansó en paz a una edad avanzada, pero en su ánimo los años nunca supieron avanzar más o más rápidos que la ilusión por la Buena Noticia, ni hicieron mella en su convicción íntima de la asombrosa juventud del Evangelio. Pedro vivió los últimos treinta años de su vida en Madrid, y semana tras semana, como si fuera un recién convertido, alentó, más que dirigió, y celebró, más que organizó, las comunidades cristianas de Acción Solidaria de Nuestra Señora de la Paz y de Majadahonda. Fue también el responsable de Círculo Solidario en Madrid, desplegando una fructífera actividad de sensibilización y captación de fondos para las comunidades de San Salvador, de Trujillo en Perú y de Cebú en Filipinas. Escribió asimismo un buen puñado de libros, originales en los dos sentidos de la palabra, muy distintos de los de su compañero José María Mardones, con quien compartió muchas de esas tareas en los primeros quince años de su destino madrileño. Pero, en realidad más importante que lo anterior, Pedro Olalde disfrutó de todos estos afanes, gozó de los esfuerzos incesantes como si fueran gracia, como si esta y aquellos fueran un mismo don que solo cabía jubilosamente agradecer.
Para nosotros será ya imposible olvidar su estampa alta y enjuta, el aspecto serio de sonrisa fácil, la voz enérgica pero afable –salvo con los cantos…, en que él llevaba mal la ramplonería–, y la atención siempre despierta a lo largo de las dos horas semanales de diálogo comunitario, oración en grupo, cena compartida. Hasta el año pasado mismo, ya renqueante, se encaminaba él luego solo, y entrada ya la noche, tocado de su txapela protectora, al metro de Menéndez Pelayo, sin dejar resquicios al desaliento o márgenes a la tristeza. Pues en esas noches de invierno advertía él también, con plena lucidez, el invierno de la fe: las comunidades decrecientes en número e intensidad, la mediocridad de tantas voces en el seno de la Iglesia, el temor tenaz a los cambios institucionales y al compromiso inequívoco con los desfavorecidos, la indiferencia creciente en el entorno social, las deficiencias de formación y estudio en el clero y en los laicos, etc. Claro que cada factor “invernal” operaba en él más bien como un acicate para tomar iniciativas y ensayar cambios. También para orar con más determinación –“con determinada determinación” –, la expresión de santa Teresa que tanto le agradaba y que volcaba en una constante oración de presencia, de disponibilidad y agradecimiento, apenas de petición. Debía de pasar él de la setentena cuando, en ese ánimo emprendedor, empezó a publicar en PPC libros de comunicación de la fe y de preparación de las celebraciones importantes: bautizos y bodas, primera comunión, funerales. Le fastidiaba la inanidad de las homilías al uso en estos acontecimientos, tanto como la pérdida continua de oportunidades de dirigirse con hondura y atractivo a gentes ya muy apartadas de la fe y que en tales momentos podían escuchar una palabra creyente. Esa serie de textos suyos atendía entonces –o “atiende”, pues ellos siguen vivos– a la necesaria hondura de la reflexión teológica y a la razón de oportunidad, intercalando en la meditación narraciones apropiadas, anécdotas motivadoras, evocaciones personales, citas de sus muchas lecturas, etc. El libro dedicado a “preparar adecuadamente funerales y exequias” cubrió una laguna especialmente delicada y sensible. Pedro lo concibió no solo para los oficiantes, también para los familiares y conocidos del fallecido, y le puso por título las palabras que hoy podemos dedicarle a él: Retorno a la casa del Padre.
Pero hay un vínculo muy significativo de Pedro con precisamente este portal de “Fe Adulta”, que es obligado mencionar hoy. Rafael Calvo Beca, el iniciador-promotor de la página de internet, había formado parte de la comunidad de Acción Solidaria de Majadahonda y compartía de lleno con Pedro, con Txema Mardones, con Patxi Loidi, con Florentino Ulibarri, la urgencia, también la ilusión por un laicado maduro y activo en el seno de la Iglesia: una verdadera salida de la minoría de edad, un ideal de comunidad creyente sin tutelaje perpetuo. Sabían que a tal fin la formación teológica (y también social) resultaba una exigencia insoslayable, siendo además una fuente de crecimiento personal y de satisfacciones compartidas. En los primeros años de este siglo XXI, la inquietud tomó forma y echó a andar gracias a las pericias informáticas y a la mucha generosidad de Rafael Calvo. Hoy este portal en que despedimos a Pedro con una punta de dolor es una estupenda realidad de reflexión teológica a la altura de los tiempos, de información eclesial, de comunicación y renovación de la fe. Algo del estilo tan peculiar de Pedro ha quedado en este boletín que, también semana a semana, hace del afán de fraternidad gracia y viceversa.
Como contigo aprendimos, haremos oración de agradecimiento, querido Pedro, por tu vida cumplida. Disfruta tú de lleno del Dios de la Vida.
Comunidad de Acción Solidaria de “Nuestra Señora de la Paz”