QUE NUESTRA ESPERANZA SEAS SIEMPRE TÚ
Vicky IrigarayHermanos y hermanas, el relato de las diez jóvenes que hemos escuchado en el evangelio de hoy es una llamada de atención a no perder la oportunidad de participar en la gran fiesta del Reino. Oremos.
Padre/Madre, que nuestra esperanza seas siempre Tú
• Padre/Madre buena, que la Iglesia sea capaz de reinventarse en palabras y signos para seguir ofreciendo tu propuesta de vida hoy.
Padre/Madre, que nuestra esperanza seas siempre Tú
• Padre/Madre buena, que nuestras celebraciones comunitarias y parroquiales sean pequeñas fiestas de acción de gracias por tu invitación a la vida, a la fraternidad universal, a ser presencia tuya en medio del mundo.
Padre/Madre, que nuestra esperanza seas siempre Tú
• Padre/Madre buena, que los creyentes despertemos de nuestra apatía, de nuestro conformismo o descuido, que seamos capaces de retomar nuestro compromiso bautismal en favor de un mundo y una humanidad nueva.
Padre/Madre, que nuestra esperanza seas siempre Tú
• Padre/Madre buena, que nuestro encuentro con tu hijo Jesús se dé en nuestro encuentro con el enfermo, el abandonado, el preso, el hambriento, el samaritano, el marginado…
Padre/Madre, que nuestra esperanza seas siempre Tú
• Padre/Madre buena, que todos y todas seamos responsables y solidarios con nuestro hacer y ser en estos tiempos de pandemia, que siempre busquemos favorecer la responsabilidad individual y colectiva.
Padre/Madre, que nuestra esperanza seas siempre Tú
Padre/Madre buena, concédenos la gracia e abrirnos a la propuesta de tu hijo Jesús: un banquete de boda que nos recibe con nuestras debilidades, posibilidades, que quiere nuestra felicidad más grande siempre que nuestro corazón. Te damos las gracias por tu invitación en tu hijo Jesús.
Vicky Irigaray