Hermanos y hermanas, Juan nos recuerda que con Jesús se inaugura un tiempo nuevo; Jesús: lugar de encuentro de lo plenamente divino y plenamente humano. Oremos

Que sintamos pasión y celo por cada persona.

• Que la Iglesia nos recuerde cada día que el lugar de la presencia y culto a Dios no es el templo sino quienes viven en los márgenes, cuantos sufren y no tienen dónde vivir, qué comer y con qué vestir.

Que sintamos pasión y celo por cada persona.

• Que nuestras celebraciones nos inviten y lancen a construir el Reino, a buscar la justicia, a ser hombres y mujeres de paz, a incluir siempre con nuestras palabras y obras.

Que sintamos pasión y celo por cada persona.

• Que los creyentes proclamemos la sacralidad de la vida, cultivemos una religión sin ritualismos muertos y favorezcamos un culto vivo, nacido de la fe y el corazón.

Que sintamos pasión y celo por cada persona.

• Que todos nosotros amemos, respetemos, cuidemos, vivamos atentos a las personas y sus necesidades, sobre todo de las más pobres y necesitadas.

Que sintamos pasión y celo por cada persona.

• Que seamos próximos de cuantos están perdiendo seres queridos a causa de esta pandemia y no nos olvidemos de aquellos que sufren otras enfermedades y necesidades.

Que sintamos pasión y celo por cada persona.

Padre Madre buena, que no nos olvidemos que sagrado somos las personas, es la vida, la justicia, la paz, las semillas de tu Reino que brotan en este mundo. Te damos las gracias por tu hijo Jesús.

Vicky Irigaray