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Libro de la biblia

* Cita biblica

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Fecha de Creación (Inicio - Fin)

-

VIERNES SANTO (ORACIÓN UNIVERSAL)

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Hermanos y hermanas, Jesús murió en la cruz porque vivió para los demás, amó a todos sin condiciones, gritó libertad y liberación con su vida. En este Viernes Santo traigamos a nuestra memoria y celebración a todos los crucificados de este mundo. Oremos

Respondemos:

Queremos dejarnos atravesar por el sufrimiento de tantos y tantas crucificadas

“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”. Traemos a nuestra celebración a los que no sabemos o no queremos saber… a veces, preferimos vivir en nuestra zona de confort siendo cómplices del mal vivir de tantos y tantas. Suplicamos tu perdón y no perdonamos a quienes necesitan o esperan una palabra, un gesto reconciliador por nuestra parte. Que la paz llegue a cada corazón atormentado por la culpa, por heridas en el alma… Que acertemos a reconciliarnos con nuestras torpezas, con nuestros intentos fallidos, con nuestro servicio interesado, con nuestro amor egoísta….

(Breve silencio)

Queremos dejarnos atravesar por el sufrimiento de tantos y tantas crucificadas

“Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso”. Traemos a nuestra celebración a todos los hombres y mujeres que están agonizando en un hospital, en una residencia, en su casa o en algún rincón sin techo de nuestro mundo. A cada uno y cada una que vive sin horizonte ni esperanza a causa del maltrato de su pareja; a los que arriesgan su vida subiéndose a un cayuco en busca de una vida un poco mejor; a quienes tienen por único cobijo el cielo sobre el campamento de refugiados; a los que sufren dolores insufribles por enfermedad; a los que no esperan ni tienen a nadie que esperar…

(Breve silencio)

Queremos dejarnos atravesar por el sufrimiento de tantos y tantas crucificadas

“Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Traemos a nuestra celebración a todas las madres que sufre a causa de la enfermedad de sus hijos; a las que han hipotecado su vida para cuidar del hijo discapacitado; a las que ven morir a sus hijos sin poder amamantarles; a las que lloran sin consuelo porque sienten sus vidas injustamente sentenciadas. A las que pierden al esposo y se sienten perdidas sin saber cómo vivir. A las mujeres explotadas sexualmente, a las que luchan por salir del infierno del maltrato y a las que no se atreven a denunciar y siguen sufriendo en silencio. A cada mujer que ha perdido la vida en nombre del falso amor. A tantas mujeres invisibles en sus puestos de trabajo, a las no reconocidas en su entrega silenciosa y generosa en favor de los demás; a las mujeres apartadas de los cargos en la Iglesia; a las que no tienen ni voz, ni voto, ni derechos ni futuro.

(Breve silencio)

Queremos dejarnos atravesar por el sufrimiento de tantos y tantas crucificadas

“Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado?” Traemos a esta celebración a los hijos e hijas abandonadas a su suerte a causa de las adicciones de sus padres; a los niños y niñas abandonadas en los orfanatos de medio mundo; a los que son explotados sexualmente o terminan como mercancía en el oscuro comercio de órganos. A los hombres y mujeres abandonadas en las calles de nuestras ciudades, condenadas a la exclusión por falta de recursos económicos, intelectuales o de otra índole. A los hombres y mujeres mayores abandonados en nuestras instituciones residenciales que esperan sin recibir la visita y el cariño de los suyos.

(Breve silencio)

Queremos dejarnos atravesar por el sufrimiento de tantos y tantas crucificadas

“Tengo sed”. Traemos a nuestra celebración la sed de esa parte de nuestro mundo que muere por falta de agua. También a aquellos que tienen sed de justicia mientras están privados de libertad en las cárceles; a los que tienen sed de igualdad porque sufren discriminación por sexo, religión o el color de la piel. A los que tienen sed de amor porque nadie les ha amado y sueñan con sentirse alguien para alguien algún día. A los que tienen sed y necesidad de paz porque el ruido de la violencia es su música de fondo. A las victimas de esta pandemia: a los que han muerto, a los que lloran su ausencia y a los que siguen luchando por recuperarse de las secuelas que el virus ha dejado en sus cuerpos.

(Breve silencio)

Queremos dejarnos atravesar por el sufrimiento de tantos y tantas crucificadas

“Todo está cumplido”. Traemos a nuestra celebración a cuantos necesitan experimentar la vida más allá del cumplir con la ley, con las normas o con lo considerado como correctamente establecido. También a todos y todas las que buscan en el cumplimiento su seguridad, la aprobación del otro. A los que anhelan una vida con anchura de mente y corazón, más allá de cualquier ley de orden social, político o religioso. A los que han entendido que la ley es para el ser humano y no el ser humano para la ley. A los que dictan y legislan las leyes que no buscan el bien de los más desfavorecidos.

(Breve silencio)

Queremos dejarnos atravesar por el sufrimiento de tantos y tantas crucificadas

“Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. Traemos a esta celebración a nuestra querida comunidad eclesial, en tantas ocasiones, atrapada en sus propias estructuras, rituales, lenguaje y formas. A cuantos anhelamos vivir bajo el soplo de tu Espíritu. A los que nos encomendamos con confianza a tu corazón de Padre Madre. A los que hemos tenido la inmensa fortuna de conocerte y nos sentimos desconcertados al verte en la Cruz. A los que día a día somos conscientes de nuestra fragilidad y buscamos la fuerza de tu soplo de vida para crecer en humanidad.

(Breve silencio)

Queremos dejarnos atravesar por el sufrimiento de tantos y tantas crucificadas

 

Vicky Irigaray

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