Bienaventuradas las mujeres pobres que luchan para salir de esa condición, porque de ellas es el Reino de los Cielos.

Bienaventuradas las mujeres que lloran, porque recibirán consolación.

Bienaventuradas las mujeres que tienen un espíritu apacible, porque recibirán la tierra por heredad.

Bienaventuradas las mujeres que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciadas.

Bienaventuradas las mujeres misericordiosas, porque alcanzarán misericordia.

Bienaventuradas las mujeres de limpio corazón, porque verán a Dios.

Bienaventuradas las mujeres pacificadoras, porque son llamadas hijas de Dios.

Bienaventuradas las mujeres que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellas es el Reino de los Cielos.

Bienaventuradas son las mujeres, cuando por causa de la justicia se les vitupera y se las persigue y se dice toda clase de mal contra ellas, mintiendo.

¡Que se gocen!, ¡Que se alegren! ...porque el galardón que tienen es grande en los cielos, porque también así persiguieron en el pasado a otras mujeres como ellas que amaron tanto la justicia y lucharon por sus derechos inalienables.

Rev. Mendelson Dávila A

Iglesia Presbiteriana de Nicaragua