Hermanos y hermanas, una Iglesia, una comunidad eclesial que no da frutos y no sea Buena Noticia para, y en, el mundo de hoy no tiene razón de ser. Oremos.

Que seamos hombres y mujeres del Reino

• Soñamos con una Iglesia audaz, capaz de correr el riesgo de volver a sus fuentes, de liberarse de formas que no son anuncio hoy y empeñada en ser Buena Noticia en medio de este mundo.

Que seamos hombres y mujeres del Reino

• Soñamos con unas comunidades parroquiales, religiosas y de fe que sean expresión viva de la comunidad de Jesús, apostando siempre por el Reino con sus actitudes, su lenguaje y sus compromisos.

Que seamos hombres y mujeres del Reino

• Soñamos con un mundo en paz, en el que cada uno de nosotros y nosotras seamos agentes, cauces de paz, de diálogo, de reconciliación, de bien.

Que seamos hombres y mujeres del Reino

• Soñamos con unos dirigentes políticos y gobernantes de las instituciones que trabajen en favor del pueblo más desfavorecido, empeñados en crear un mundo más humano y más amable para todos.

Que seamos hombres y mujeres del Reino

• Soñamos con una realidad familiar distinta, cambiante y siempre vinculada por el amor, por el deseo del bien del otro, donde la comunicación y las formas despierten el crecimiento personal y comunitario.

Que seamos hombres y mujeres del Reino

Padre Madre buena, que todos nosotros y nosotras seamos conscientes de que ante el Reino hay que decidirse, implicarse y tomar partido. La llamada es urgente y es tiempo de optar. Damos gracias por Jesús, por su vida y su entrega.

Vicky Irigaray