¿SE PUEDE CELEBRAR DE OTRA FORMA?
Gerardo VillarEn la celebración de la Cena del Señor, hay muchos detalles que me chocan. Pero especialmente uno: cuando el presbítero está narrando y repitiendo las palabras de Jesús en la última Cena, el sacerdote dice las palabras de Jesús: “Tomó pan, lo partió y se lo dio a los discípulos diciendo: «Tomad…”. Se dice pero no se hace. No repetimos el gesto de partir y repartir el Pan.
Además, veo una importancia especial en el gesto de romper el pan, ya que estamos viviendo el signo importante: “la fracción y el reparto.” En la última cena, Jesús expresa y entrega su vida partida y repartida a los demás. ¿No sería necesario el hecho de partir y repartir en ese momento el Pan?
Reservamos la fracción del pan hasta la comunión.
La Cena del Señor nos invita a repetir el gesto de entrega, de partirnos y repartirnos entre los demás. Considero que son las palabras claves y que nos llevan a repetir lo que creo que hizo Jesús en la cena; partir el pan y dar un trozo a cada discípulo.
Hasta me atrevo, siguiendo el testimonio de la Cena de Jesús, a que en esos momentos se repartiese el Pan y el vino. Y que seguido se acoplasen las oraciones que ahora rezamos.
Porque además me choca el que una vez comulgado, guardamos un momento de silencio y despedimos la misa. Sería estupendo el poder añadir las oraciones que hacemos en el canon y que diésemos más importancia al comer el Pan.
Y en este sentido, me choca muchísimo el que solamente comemos el Pan y no bebemos el Vino. No entiendo por qué no partimos y repartimos el Pan y el Vino, comulgando todos de esos alimentos que Jesús nos dio como Signo de Entrega.
Siempre he entendido las palabras “Haced esto en memoria mía” como mandato de Jesús a participar entregando como Él nuestra vida, expresada en el Pan y en el Vino.
Y puesto a renovar la celebración de la Cena del Señor, me cuesta entender que sea solo el presidente quien reza las oraciones y que no seamos toda la comunidad, cuando además hay varias oraciones que las reza en plural ¿No sería oportuno y nos implicaría más si esas oraciones las hiciéramos todos?
Ha sido el papa Francisco quien ha dicho que los templos estén abiertos siempre para que pueda entrar quien lo desee. ¿Cómo explicar los templos cerrados y lo de cobrar en las catedrales y en ciertos templos para entrar? ¿No son la casa de la Comida del Señor y de la comunidad?
Y por último a revisar la celebración, un detalle más que me choca. Cuando al final se nos dice “podéis ir en paz” ¿No podríamos volver al antiguo gesto de “Id, empieza la misión”?
Dispuestos a vivir la Celebración en todo el día.
Gerardo Villar