Hermanos y hermanas, en el Reino, los primeros son los pequeños, los que no tienen credenciales ni reconocimiento, los que viven con actitud de apertura y corazón ensanchado. Oremos.

Queremos ser cauce de acción de gracias y bendición.

• Que la Iglesia apueste, sin fisuras, por las personas pobres, “invisibles”, no reconocidas y se haga presente en las situaciones de injusticia, violencia, exclusión.

Queremos ser cauce de acción de gracias y bendición.

• Que a los seguidores de Jesús se nos identifique por vivir en clave de servicio gratuito, cerca de quienes nos necesitan, situándonos siempre, y en toda circunstancia, del lado de los “perdedores”.

Queremos ser cauce de acción de gracias y bendición.

• Que todos nosotros y nosotras vivamos nuestra vida, con sus circunstancias, en clave de fiesta y acción de gracias. Que nuestra existencia siempre este abierta a la vida y a las personas.

Queremos ser cauce de acción de gracias y bendición.

• Que en este tiempo de vacaciones no nos olvidemos de aquellos y aquellas que no pueden disfrutar de unos días de descanso porque no tienen trabajo, porque están enfermos, porque viven en soledad…

Queremos ser cauce de acción de gracias y bendición.

• Que todos y todas seamos conscientes de que somos mucho más importantes que nuestro trabajo, cargo o profesión; que estamos hechos para reír, amar, vivir, ser, servir, agradecer, bendecir…

Queremos ser cauce de acción de gracias y bendición.

Padre Madre buena, queremos comprometernos con los pequeños del Reino, apostar, como Jesús, por los que nadie apuesta y ser cauces de la Buena Noticia. Damos gracias por Jesús de Nazaret, nuestro Hermano y Maestro.

Vicky Irigaray