Hermanos y hermanas, la Palabra de hoy nos ha recordado que “salió el sembrador a sembrar”, qué bueno sería que cada uno de nosotros y nosotras nos preguntáramos qué es lo que sembramos en nuestro día a día. Oremos.

Queremos sembrar vida y vida abundante

• Que la comunidad eclesial sea encarnación de la vida de Jesús de Nazaret, estando siempre cerca de la gente que sufre y necesita una palabra de aliento, una mano que consuele y un abrazo que restaure.

Queremos sembrar vida y vida abundante

• Que nuestras comunidades parroquiales, religiosas y de fe, siembren vida, acogida, paz, escucha y servicio en nuestros barrios y ciudades, junto a los más pequeños y necesitados.

Queremos sembrar vida y vida abundante

• Que todos nosotros y nosotras seamos semilla sembrada del Reino, que nuestra huella sea fuente de bien, paz y vida; que acertemos a ser encarnación de Dios.

Queremos sembrar vida y vida abundante

• Que nuestra siembra no se vea ahogada por las dificultades, que seamos conscientes de que sembrar Reino supone, casi siempre, ir a contra corriente de lo establecido y valorado socialmente.

Queremos sembrar vida y vida abundante

• Que nuestros mayores no caigan en el olvido durante este tiempo de verano, que acertemos a acogerlos en nuestros planes vacacionales de familia.

Queremos sembrar vida y vida abundante

Padre Madre buena, no queremos olvidar que la parábola del sembrador nos asegura una gran cosecha al final, queremos perseverar en nuestra siembra cada día, en cada circunstancia, al estilo de Jesús.

Vicky Irigaray