Hermanos y hermanas, el modo de actuar del propietario de la viña nos resulta muy desconcertante. Nos cuesta entender y aceptar. Se trata de otro modo de entender nuestro uso de los bienes y la justicia social. Oremos.

Queremos ser cauces de justicia y bien

• Que nuestra Iglesia se sitúe siempre del lado de los pobres, con los invisibles, y los no productivos ni económica ni socialmente y desde ahí, se replantee el uso de sus bienes.

Queremos ser cauces de justicia y bien

• Que los creyentes vivamos la vida en clave de gratuidad, siendo conscientes de que todo es don, regalo y nada derecho merecido o adquirido.

Queremos ser cauces de justicia y bien

• Que todos nosotros y nosotras trabajemos en favor de la igualdad, de una distribución equitativa de todos los bienes para que la humanidad entera pueda vivir dignamente.

Queremos ser cauces de justicia y bien

• Que los responsables de las instituciones y gobiernos pongan todo su empeño en hacer de este mundo un lugar más amable: donde sea posible la paz, un techo donde cobijarse, un trabajo digno y a nadie le falte el pan de cada día.

Queremos ser cauces de justicia y bien

• Que este nuevo curso recién estrenado sea una nueva oportunidad de crecimiento humano y espiritual para nuestros niños y jóvenes. Que no falten hombres y mujeres referentes de humanidad sana y sanadora.

Queremos ser cauces de justicia y bien

Padre Madre buena, que, puestos los ojos en Jesús, acertemos a vivir con su mismo estilo, siendo presencia y huella del Reino en nuestro día a día, en nuestros contextos cotidianos.

Vicky Irigaray