Hermanos y hermanas, seguimos celebrando la Pascua, seguimos celebrando la Vida. En nuestro horizonte el deseo del Resucitado: Una humanidad reconciliada, unida y solidaria con los más desfavorecidos. Oremos.

Queremos sentarnos a la mesa celebrada y compartida

• Traemos a esta celebración a nuestra Iglesia, que sea la comunidad de los hombres y mujeres que intentan, en su día a día, construir un mundo más justo, más humano y más solidario.

Queremos sentarnos a la mesa celebrada y compartida

• Traemos a esta celebración nuestras comunidades parroquiales y religiosas, que sean referentes de fraternidad, de vida compartida y partida junto a los que menos tienen.

Queremos sentarnos a la mesa celebrada y compartida

• Traemos a esta celebración a todas las personas que viven sin un horizonte alentador a causa de la enfermedad, de la violencia, de la falta de hogar o trabajo, que nos encuentren cerca, que seamos cauces de luz y confianza.

Queremos sentarnos a la mesa celebrada y compartida

• Traemos a esta celebración todos los países en guerra: Palestina, Ucrania, Sudan, Haití, Pakistán, Siria, Afganistán, Irak…que se imponga en sus gobernantes la cordura, la búsqueda de caminos para el diálogo y la paz.

Queremos sentarnos a la mesa celebrada y compartida

Señor Jesús, que nos demos cuenta que para celebrar tu Resurrección hemos de contemplar las llagas, en manos y pies, de quienes mueren cada día crucificados y compartir con ellos nuestro tiempo y bienes.

Vicky Irigaray