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BENEDICTO XVI, PEDOFILIA Y SACERDOCIO

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El Papa Benedicto XVI, en su reciente visita a Estados Unidos, reconoció que la Iglesia Católica no actuó correctamente al tratar los casos de pedofilia que involucraron al clero. Junto con este reconocimiento, asumió el compromiso de luchar para que estos casos no ocurran nuevamente.

Cuando enfrentamos problemas tan graves como éste, existen tres posibilidades de abordaje.

La primera es considerar el error como proveniente básicamente del modo como los agentes responsables actuaron dentro de las estructuras y reglas existentes.

La segunda es asumir que la causa principal proviene de las estructuras y reglas.

La tercera es diagnosticar el problema como siendo causado por una mezcla de errores de procedimiento de los agentes y de los problemas estructurales.

Parece que el Papa está asumiendo la primera hipótesis: la causa fundamental fueron los errores de procedimientos de los responsables y no habría nada de substancial en la estructura y en las reglas fundamentales de la vida del clero (por ejemplo, la obligatoriedad del celibato y la exclusión de las mujeres) que necesite ser revisado.

En el fondo el Papa parece partir del principio de que la estructura de la Iglesia Católica es incuestionable.

Siendo así, dos momentos se destacan en esta lucha para que esos escándalos no se repitan:

(a) el momento de la selección de los candidatos al sacerdocio y

(b) cuando los obispos y la comunidad toman conocimiento de casos de sacerdotes pedófilos.

Es posible y necesario que el proceso de selección de los candidatos al sacerdocio sea más riguroso; pero es imposible evitar que alguien con tendencia a la pedofilia o a otros problemas de orden afectivo-sexual llegue a la ordenación. Al final, ellos no se declaran como tales y no todas las personas responsables de la selección alcanzan a "detectar" estas tendencias. Esto sin contar la presión que los obispos sienten por la falta de clero para atender las necesidades de parroquias sin sacerdotes residentes.

Siendo así, siempre habrá casos de pedofilia o de otros escándalos sexuales en el clero, como también en otros grupos sociales, profesionales o religiosos.

Entonces viene el segundo momento: la reacción de los obispos o superiores responsables ante estos casos. ¡Y desgraciadamente la historia nos condena! Los obispos de Estados Unidos y también los de otros países en los que estos escándalos se hicieron públicos han mostrado un comportamiento patrón: transferir al sacerdote hacia otro lugar, en vez de enviarlo para que realice un tratamiento o suspenderlo en el ejercicio sacerdotal.

Esta postura de "negación" de la gravedad del problema no puede ser visto como una simple falla personal de un determinado obispo, que podría ser corregida con un "tirón de orejas" por parte del Papa. En la medida que este comportamiento ha sido patrón en casi todos los lugares, podemos pensar que es una respuesta "sistémica" de la cultura que domina en el interior de la Iglesia Católica.

La pregunta obvia que surge es: ¿por qué los obispos prefirieron esconder o negar el problema hasta que alcanzó una proporción tan grande y que costó a las diócesis estadounidenses más de dos mil millones de dólares en indemnizaciones a las víctimas?

Para intentar responder esta cuestión, hagamos un camino inverso. ¿Qué sucedería si los obispos asumiesen que hay o había pedófilos entre su clero?

De acuerdo con la teología de la Iglesia Católica, Dios elige y separa del "mundo" a algunas personas para ser "sacerdotes", personas sagradas que tendrán el "privilegio" de tener acceso a las cosas y ritos sagrados del altar. Una de las señales exteriores de esta vocación, que marcaría y mostraría la diferencia en relación con las personas comunes, sería la vocación a una vida célibe.

Aquí lo sagrado aparece íntimamente ligado con un determinado modo de vivir la sexualidad. Ésta es, probablemente, la razón por la cual los sacerdotes continúan siendo vistos como separados, estando por encima del "pueblo de Dios".

La vocación sacerdotal, que siempre es subjetiva, recibe el reconocimiento objetivo y oficial mediante la ordenación. La Iglesia asume el papel de confirmar la vocación sagrada que viene de Dios. En este proceso, el obispo representa a Dios.

Pero si este mismo obispo asume públicamente que uno o más de sus sacerdotes tienen problemas graves en el campo afectivo-sexual, toda esa visión del sacerdocio entra en crisis. Y junto con ella una determinada visión de la Iglesia.

Lo que hubo en común en todos los obispos que prefirieron esconder o negar el problema de la pedofilia o de otros abusos sexuales cometidos por los sacerdotes es, probablemente, el deseo de preservar una teología que defiende la vocación como separación del "mundo", el ministerio de presbíteros como la misión de los sacerdotes de renovar los ritos sagrados (especialmente la misa entendida como renovación del sacrificio de Jesús en la cruz) y mantener la imagen de la Iglesia como institución sagrada.

Si mis reflexiones tienen alguna razón, esos escándalos no son problemas restringidos a disturbios sexuales de algunos sacerdotes, sino que requiere toda una discusión de la teología de la vocación y ministerio presbiteral, de las disciplinas que rigen la ordenación (como la exclusividad de los hombres, el celibato obligatorio, etc.) y el reinicio de una eclesiología del Pueblo de Dios.

Aunque estas reflexiones mías estén equivocadas, no se puede negar que el modo como las personas responsables tratan los casos de sacerdotes pedófilos y/o que cometen otros abusos sexuales tiene un patrón.

Y esto muestra que, más allá de los errores en el manejo de los problemas, hay problemas en el ámbito estructural que necesitan ser discutidos y enfrentados. Sólo así, el compromiso del Papa Benedicto XVI se volverá eficaz.

Jung Mo Sung

Teólogo

Profesor de Post Grado en Ciencias de la Religión de la Universidad Metodista de San Pablo y autor, entre otros, de "Competencia y sensibilidad solidaria: educar para la esperanza" (con Hugo Assmann)

Adital

Traducción: Daniel Barrantes - Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

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