MANOS NUEVAS
Florentino UlibarriVengo a tu casa y taller
de artesano y alfarero
en busca de unas manos nuevas.
Éstas que tengo y ves ya no sirven
para lo que Tú me sugieres y propones
ni para lo que yo siento y te prometo.
Quiero saber si pasando por tu casa y taller
puedo recuperar la movilidad de mis dedos
y el tacto y sensibilidad tan necesarios en todo tiempo.
Quiero saber si puedo empezar otra vez,
trabajar otra vez con mis manos y dedos
abrazar, acariciar, acoger... otra vez.
Quiero tocar, como Tú tocaste y tocas,
las personas, los cuerpos, los leprosos,
las raíces, las rosas, los surcos,
las campanas, los rostros y los sueños...
Quiero que mis manos sirvan para recrear
la madera, los metales, la tierra, los corazones;
para construir casas, jardines, caminos, fuentes,
y pulsar las teclas que despiertan y crean melodía.
Pero, sobre todo, quiero tener manos sensibles
al viento y al polvo del sello triturado
de nuestra pobre eternidad terrestre.
Y éstas que tengo y ves, Padre,
ya no me sirven.
Dame unas manos nuevas, Alfarero
de mis brazos y mis sueños.
Florentino Ulibarri