La liturgia de la Palabra de hoy no deja lugar a dudas: el Reino de Dios consiste en compartir y obrar con justicia. Seremos testimonio del Reino si lo que nos identifica es el servicio a los demás. Oremos a nuestro Padre Dios.

Enséñanos, Dios bueno, el servicio y la fraternidad.

• Por todos los seguidores de Jesús, para que nos preocupemos y ocupemos en ayudar a los que para nadie cuentan: los pobres, los privados de libertad, los que viven en soledad, los enfermos, los excluidos de nuestra sociedad,

Enséñanos, Dios bueno, el servicio y la fraternidad.

• Por todos los hombres, mujeres y niños que pasan hambre, para que nosotros seamos capaces de "partir nuestro pan con el hambriento".

Enséñanos, Dios bueno, el servicio y la fraternidad.

• Por todos los que viven en la oscuridad de sus vidas, para que seamos la luz que les ilumine por dentro y despierte la esperanza y el sentido.

Enséñanos, Dios bueno, el servicio y la fraternidad.

• Por nuestros gobernantes y responsables de las instituciones, para que en su tarea busquen desarrollar programas que favorezcan la justicia y la paz en el mundo.

Enséñanos, Dios bueno, el servicio y la fraternidad.

• Por nuestras familias, para que vivamos siendo solidarios y justos con los que nos rodean.

Enséñanos, Dios bueno, el servicio y la fraternidad.

Padre bueno, tú nos quieres a todos por igual, Sueñas con un mundo donde el amor y el servicio a los demás sean una realidad. Te pedimos por medio de tu hijo que transformes nuestros corazones y nos hagas solidarios y tiernos con los demás.

Vicky Irigaray