YO SOY MI PASTOR
Vicente Martínez"No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos sabido, en un momento determinado, desarrollar nuestra libertad interna" (Gandhi)
Jn 10, 1-10.
"Yo soy la puerta: quien entra por mí se salvará; podrá encontrar pastos. El ladrón no viene más que para robar, matar y destrozar. Yo vine para que tengan vida, y la tengan en abundancia".
11 de mayo, IV domingo de pascua. El Buen Pastor
En realidad yo soy mi pastor, yo y cuanto de óptimo hay en mí, aunque encarnado en las entrañas del gigantesco carillón cósmico con el que todos y todo estamos comprometidos por creación. Pero hemos abdicado de nuestros naturales derechos. Y como en esas democracias de "todo para el pueblo sin el pueblo", fuerzas ajenas nos hacen bailar al son de músicas extrañas que nada tienen que ver con el Universal Proyecto de la Vida.
La imagen del Salmo 22 y otras similares del NT es muy bucólica, pero a mí personalmente me deja espiritualmente en topless. Exiliado de mi mismo, me veo en cueros a merced de cuanto ocurre en el ciberespacio de la novela Neuromante de William Gibson. Como en el caso del protagonista, espero que Armitage evite en mi los desperfectos neuronales causados por tanta droga. Poción que es cayado y que hoy pastorea el gran rebaño del mundo: Propaganda. Una forma intencional y sistemática de influir en las opiniones, actitudes, emociones y actos de los destinatarios, con quebranto de entendimientos y voluntades.
En el campo espiritual, las Iglesias han desorientado a sus fieles proponiéndoles búsquedas en lugares externos, en templos y lugares santos por ellas fabricados, en dogmas, ritos y sacramentos implantados, en Paraísos sin geografía. Pastoreo con el que han mantenido a la Humanidad extraviada por desiertos e inhóspitos Sinaíes, ausente de si misma, de los demás y de las cosas.
Nos pastorea una economía de la exclusión y de la desigualdad social, en la que el ser humano, dice el Papa, "es considerado, en sí mismo, como un bien de consumo que se puede usar y después tirarlo". ¿Quién derribará las vallas de tan perverso redil? ¿Un "Elisir di sì perfecta, di sì rara qualità", como el de Dulcamara, doctor enciclopédico, que "Mueve al paralítico, / sana al acopléjico / al asmático, al asfixiado / al histérico, al diabético"?. Todo vilipendiante patraña, sin darse nadie cuenta de que, como dice la parábola, es el ladrón que viene para robar y destrozar a sus ovejas.
¿Qué podrá liberarnos de tanto encantamiento? Solo un filtro de amor. Dante nos prescribió la fórmula en "Vita Nuova": cuando "Tutti i miei pensier parlan d'amore". Letra de pensamientos leída en música de amor. Quizás también en este caso, nos cueste "Una furtiva lacrima", como a Nemorino, pero valdrá la pena soltarla.
Puede ilustrar el momento de la conciencia de madurez e intensidad de los sentimientos que el personaje alberga en su interior. Empuña de nuevo tu cayado y vuelve a ser pastor supremo –Vida Nueva- de ti mismo. Templo vivo de Dios tras cuya puerta ya no hay nada que buscar. Lo único que compete ahora es descubrir.
DE LA VIDA AL CIELO
Él va, y en pos dichosas
le siguen sus ovejas, do las pace
con inmortales rosas,
con flor que siempre nace
y cuanto más se goza más renace.
Y dentro a la montaña
del alto bien las guía; ya en la vena
del gozo fiel las baña,
y les da mesa llena,
pastor y pasto él solo, y suerte buena.
Fray Luis de León
Vicente Martínez