Pidámosle al Padre como Salomón un corazón sabio e inteligente que sepa apreciar los auténticos valores. Jesús, había descubierto el tesoro escondido y ese descubrimiento daba sentido a toda su existencia. Oremos.

Padre, concédenos un corazón sabio e inteligente.

• Por todos los creyentes en Jesús, que la dicha de haber encontrado el tesoro configure nuestra existencia, siendo fuente de salud y alegría para los demás.

Padre, concédenos un corazón sabio e inteligente.

• Por los que gobiernan la nación y las instituciones, que el deseo de poder no corrompa sus corazones y desempeñen sus responsabilidades buscando siempre construir una sociedad más justa y en paz.

Padre, concédenos un corazón sabio e inteligente.

• Por los padres de familia, que su tarea educativa vaya siempre buscando despertar el corazón de los hijos hacía lo importante, lo que no brilla pero alumbra, lo pequeño pero valioso, lo que no es productivo pero sí fecundo...

Padre, concédenos un corazón sabio e inteligente.

• Por este tiempo de verano y descanso, para que sea una nueva oportunidad para disfrutar del calor de la familia, del reencuentro con los amigos y también del encuentro a solas con nuestro buen Dios.

Padre, concédenos un corazón sabio e inteligente.

• Por todos los que en este mes han fallecido y gozan ya de la vida para siempre con el Padre, que nuestras palabras y gestos nos ayuden a vivir con esperanza su recuerdo.

Padre, concédenos un corazón sabio e inteligente.

Descubrir el tesoro, el Reino, es descubrir a Jesús. El es el Reino viviente, visible, evidente, fascinante. Padre, escucha nuestra oración y concédenos la gracia de encontrarnos con tu Hijo Jesús.

Vicky Irigaray