MARÍA, MADRE DE JESÚS
Rafael Calvo Beca4º ADVIENTO
Te bendecimos, Dios y Señor nuestro,
creador del espacio y del tiempo,
y te agradecemos en este día tan señalado
el maravilloso testimonio de María, la Madre de Jesús,
en quien, a través de toda su vida, plena de amor,
hemos podido descubrirte
como Dios Padre y Dios Madre de todos nosotros.
Acompañamos a María en su canto del Magníf¡cat
para darte gracias
por tu amor incondicional,
porque siempre estás con nosotros.
Unidos a todos los seres humanos,
a todos nuestros hermanos,
nos proclamamos orgullosos hijos de María
y te cantamos este himno de agradecimiento y alabanza.
Es hoy un día muy especial para recordar agradecidos
a María, la buena madre de Jesús de Nazaret,
que lo arropó y alimentó en sus entrañas,
durante un largo adviento,
y preparó con exquisita dedicación y amor
su nacimiento a este mundo.
Por todo ello es bendita entre las mujeres.
María comprendió antes y mejor que nadie
el misterio de tu encarnación.
Supo verte en su interior,
te vio también en cuantos la rodearon,
y te vio sobre todo en su hijo Jesús.
Madre e hijo te reflejaron en sus vidas
y nos demuestran que eres verdaderamente Emmanuel,
un Dios inmerso en la humanidad.
Gracias, Padre Dios, por su magnífico testimonio,
casi sin palabras.
Guardó en su corazón cuanto hizo y dijo Jesús
y le acompañó en sus momentos más duros.
Nos conmueve pensar en el corazón de María,
desgarrado por el dolor,
viendo a su hijo torturado y ajusticiado públicamente.
Y nos admira su entereza,
su apoyo a la primera comunidad,
su fe y su total confianza en Ti.
También nosotros queremos seguir los pasos de María
y cooperar activamente
en el desarrollo de la misión que inició tu hijo Jesús.
Cuenta con nosotros, Padre Dios,
para hacer un mundo más habitable.
Queremos decirte
que no estamos cansados ni decepcionados,
pero es muy fuerte este empeño
y necesitamos tu ayuda,
danos por favor ese espíritu de lucha
de que hicieron gala Jesús y Maria.
Con todos los seres humanos que han dado y dan
testimonio de tu bondad,
con María, en cuyo honor celebramos hoy esta fiesta,
y con Jesús, hijo de María e hijo tuyo,
brindamos esperanzados
porque se haga realidad ese mundo soñado por Ti.
Amén.
Rafael Calvo Beca