LA HISTORIA DE LAS CEBS ES LA HISTORIA DE LOS POBRES
Luis Miguel ModinoTodo análisis que se hace de la realidad está influido por nuestra forma de entender aquello que nos rodea y en consecuencia puede ser considerado subjetivo. Decir que la forma de vivir la fe de las CEBs (comunidades eclesiales de base) está cada vez más presente en toda la Iglesia Católica puede resultar de entrada una visión personal, pero en la medida en que analizamos las palabras, gestos y actitudes del Papa Francisco y los documentos que las diferentes congregaciones vaticanas van publicando, esto toma un cariz más objetivo.
Las CEBs desde su nacimiento fueron presencia eclesial en las periferias geográficas y existenciales, especialmente en el continente latinoamericano, lugar donde encontraban refugio aquellos que eran o se sentían expulsados de una Iglesia con un carácter más institucional, convirtiéndose así en Iglesia hospital de campaña. Que estas ideas están presentes en el pensamiento, palabras y vida del actual obispo de Roma es una cosa evidente y objetiva.
Pero no sólo es el Papa quien tiene esa visión. El pasado 19 de septiembre, en el Encuentro Internacional sobre el Proyecto Pastoral de la Exhortación Apostólica Evangelii gaudium, organizado por el Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, celebrado en el Aula Pablo VI, el presidente de este organismo vaticano, Monseñor Rino Fisichella, abordaba la pastoral desde diferentes luces, enumerando la Palabra de Dios, la profecía, la acogida y la formación como elementos intrínsecos a la pastoral, y que sin duda son elementos muy presentes en la vida de las comunidades eclesiales de base, lo que es una prueba más de que algo diferente está apareciendo en las formas eclesiales.
Los días 7 a 9 de noviembre, en la ciudad de Jequié, tuvo lugar el encuentro de las CEBs del Regional Nordeste 3 de la CNBB (Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil por sus siglas en portugués) que engloba las 25 diócesis de los estados de Bahia y Sergipe, en el que se constataron las dificultades que muchas veces experimentan las comunidades, pero al mismo tiempo aparecieron señales de que siguen comprometidas en la construcción del Reino, de un mundo mejor para todos.
De esto se hacían eco en sus ponencias los representantes de las Pastorales de la Juventud y de la Comisión Pastoral de la Tierra. El primero mostraba la violencia que domina el país y el exterminio constante de jóvenes (más de la mitad de los homicidios que ocurren en el país tienen como víctimas a jóvenes, siendo negros el 77% de los fallecidos), en cuanto al segundo constataba el sufrimiento de los más pobres delante un crecimiento económico que, favorecido por el propio gobierno, visa solamente el lucro, aunque eso conlleve la destrucción del medio ambiente y de las condiciones de vida de los más pobres.
En este sentido, cabe destacar las palabras de Monseñor Ricardo Brusati, obispo de la diócesis de Caetité, que acompaña a las comunidades eclesiales de base y que animaba a los presentes a "ser luz, pues aunque la forma de la lámpara va cambiando con el paso del tiempo, continúa teniendo el mismo objetivo".
En eso están las CEBs de Brasil, en la tentativa de ser luz y de hacer realidad el deseo del Papa Francisco de construir una Iglesia pobre y para los pobres, pues como decía una de los carteles presentes en el encuentro, "la historia de las CEBs es una historia de sufrimientos, porque la historia de las CEBs es la historia de los pobres".
Luís Miguel Modino