La infancia de Jesús fue de lo más normal. Nadie pudo adivinar lo que después iba a manifestar con su vida. Sus padres lo trataron siempre como un niño normal. La mejor prueba de ello es que, cuando empezó a salirse de la norma, creyeron que estaba loco y quisieron impedírselo.

En todas las culturas, incluida la Bíblica, se ha intentado explicar la grandeza de algunos personajes, contando historias sobre su nacimiento portentoso. De muchos personajes importantes anteriores a Cristo, se dice, que han nacido de madre virgen. Los primeros cristianos vieron la necesidad de hablar de las maravillas de la infancia de Jesús, para hacer creíble lo que ellos habían descubierto con tanta dificultad.

María, para Mateo, simboliza la nueva comunidad. José simboliza el "resto de Israel" fiel, es el israelita auténtico, temeroso de Dios y cumplidor de la Ley.

En las dificultades que encuentran estos dos personajes, se está manifestando el conflicto que se vivía en tiempo de Mateo, entre el judaísmo fiel al AT y la nueva comunidad asentada sobre la figura de Jesús.

El origen divino simboliza la superioridad sobre el AT. El encargo a José de recibir a María, está indicando que todo buen israelita debe aceptar la novedad, aunque cause problemas, porque es lo que Dios quiere.