CRUZAR UMBRALES
Florentino UlibarriY después de tantas idas y vueltas,
de tantas sendas y veredas,
murallas, ventanas y puertas
soñadas y hechas...
uno aprende, con caricias y golpes,
caídas, éxitos y fracasos,
con vigilias y perdones,
que hay que cruzar muchos umbrales
para entrar en el interior de las personas,
en la interioridad de uno mismo,
y en la intimidad de tus entrañas...
y, así, poder descansar en el regazo del Padre,
que es el reino de tus promesas.
Este es el itinerario
en el que hay que perseverar
todos los días y todas las noches,
-haya conflictos, destrucción u oscuridad,
lágrimas, gozos o sinsabores-
para vivir con esplendor, gozo y paz.
Tú quieres encontrarnos cruzando umbrales,
libres y expuestos,
sin defensas ni trincheras,
a la sombra de tu Espíritu,
siguiendo voz y aliento
hasta que decline nuestro tiempo...